Sucia en un rincón
vacío y oscuro.
Transpirada la frente
y las palmas de las manos,
sucias también
de tierra y barro.
Garrapatas me succionan
prendidas a la garganta
y a los globos oculares.
Se mastican mis ideas y palabras
y yo, las saco con las uñas
las desprendo de mí
las aplasto con los dedos.
Ruidos.
Fin del episodio de terror.
Cesan los chillidos secretos
de las últimas garrapatas vivas
y yo, me disperso
por la habitación
rescatando los fragmentos
de ideas y palabras:
que agonizan
que mueren
que sobreviven.
martes, 15 de diciembre de 2009
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